HUMBERTO CALDERÓN BERTI
NACIÓ EN BOCONÓ, TRUJILLO, 1941; GEÓLOGO EGRESADO DE LA UCV CON MAESTRÍA EN INGENIERÍA DE PETRÓLEO EN LA UNIVERSIDAD DE TULSA, OKLAHOMA. PRESIDENTE DE PDVSA, MINISTRO DE ENERGÍA, Y DE RELACIONES EXTERIORES. TAMBIÉN FUE PRESIDENTE DE LA OPEP.
ENTREVISTA DE MACKY ARENAS:
*En la política exterior, en la política petrolera y en la política social incluyente es necesario un amplio acuerdo nacional.
* La PDVSA que tuvimos no la veremos nunca más. Lo que hay que hacer es recuperarla en lo que se pueda y relevarla de todo lo que no tenga que ver con el petróleo.
_ Gerenciar una industria petrolera como PDVSA, ¿es un tema de destreza política, jurídica o básicamente técnica?
Gerenciar una industria petrolera es un tema extremadamente serio. Requiere conocimientos técnicos profundos de un negocio complejo como es el petróleo, que va desde la exploración, la producción, la refinación y la comercialización de los productos. No son suficientes las destrezas políticas y jurídicas o solamente técnicas. Se requiere de todas ellas, pero lo esencial es que se tenga experiencia en el sector. Recuerdo mis años en el sector petrolero. Si alguien apuntaba bien desde el punto de vista técnico y profesional, se le iba pasando por distintas áreas del negocio para integrarlo de manera tal que cuando llegara a la cúspide de la conducción, pudiese tener un conocimiento integral del mismo. Y eso es lo que se necesita. No es un tema para improvisados. Los resultados de utilizar gente sin conocimientos del negocio están a la vista con lo que ha ocurrido con el régimen de Chávez y Maduro.
_ ¿Qué papel jugó la meritocracia en la excelencia y logros de nuestra industria petrolera?
Cuando nacionalizamos la industria petrolera en 1976, heredamos una estructura que venía de las empresas concesionarias que afortunadamente se mantuvo y preservó. Todos los aspectos técnicos, de méritos internos, de administración de personal, se mantuvieron. No hubo contaminación de ningún género. Ese sistema se mantuvo desde la nacionalización hasta el momento en que llegó Chávez al poder en 1999. Eso fue lo que permitió que se hiciera una transición de manera ordenada, civilizada, sin atropellos y que la industria no solo continuara funcionando adecuadamente sino que, utilizando la meritocracia y los conocimientos de la experticia acumulada, pudiera cambiarse dramáticamente la faz de la industria. Se multiplicaron por cinco o seis veces las reservas, se cambiaron los patrones de refinación, se modernizaron todas las refinerías, se apoyó y desarrolló el INTEVEP –nuestro centro de investigación y desarrollo, orgullo de los venezolanos y uno de los más importantes del mundo en su género-; se inició el proceso de internacionalización, llegamos a tener en el exterior 1.300.000 barriles de capacidad de refinación, superior a la que teníamos en todo el territorio nacional de 1.200.000 barriles. Y al propio tiempo, se adelantaron y desarrollaron proyectos de una gran importancia en la Faja Petrolífera del Orinoco. También un plan exploratorio de mucho peso y significación y posteriormente se pusieron en marcha los proyectos que permitieron que, al momento en que Chávez llegara al poder, la Faja produjera 400.000 barriles por día. La meritocracia fue fundamental en el manejo de la industria petrolera y debería ser una práctica común, no solamente en las empresas del Estado –que pocas son las que deberían mantenerse- sino también en la administración pública, de manera tal de que lo que cambie sea la conducción y directrices políticas cuando hay cambios de gobierno en lugar de cambiar a todo el personal, pues eso significa improvisación y discontinuidad en la realización de los planes.
_ ¿Se justifica que un país productor, con las reservas que posee Venezuela, importe gasolina de otros países?
Es un absoluto contrasentido. En Venezuela, desde hace muchísimos años cuando se instalaron las refinerías en los años 40, luego con la dictadura de Pérez Jiménez y durante los 40 años de democracia, se importaba gasolina de manera puntual cuando se estaba reparando o haciendo mantenimiento mayor en las refinerías. Pero el país jamás vivió escasez, no solamente de gasolina, sino de todos los demás productos derivados. La consecuencia de haber puesto la industria petrolera, y las refinerías en particular, en manos improvisadas, de gente que no conocía del negocio abandonando los planes de mantenimiento preventivo, es lo que vemos hoy. Dichos planes se mantuvieron durante muchísimos años. Independientemente de que las refinerías y las plantas estuvieran en funcionamiento, igual se paraban para revisar su estado de funcionamiento y condición de mantenimiento lo cual hacía posible que no ocurrieran los accidentes constantes que hoy ocurren. Las refinerías fueron privadas del mantenimiento preventivo, se canibalizaron las instalaciones, despojándolas de repuestos y unidades de ciertas refinerías para pasarlas a otras y eso produjo el desastre de tener una capacidad de refinación en Venezuela, instalada y operando, de 1.200.000 barriles a estar por debajo de los 300.000 barriles por día.
_ Actualmente la producción del país se concentra en la Faja Petrolífera del Orinoco. ¿Por qué hoy no somos capaces de producir los condensados que permitían transformar el crudo extra pesado en sintético de alto valor y tenemos que importarlos de Irán?
La realidad es que las grandes reservas petroleras de Venezuela son de crudos pesados y extrapesados. Pero eso no implicaba abandonar la producción en las áreas tradicionales. Lo que está ocurriendo, por ejemplo, en el Lago de Maracaibo es un desastre. Toda la flota de apoyo lacustre y operacional está destruída. Las instalaciones han sido saqueadas, la producción se ha venido al suelo, a pesar de que las reservas están allí. Lo mismo ha ocurrido en el norte de Monagas donde también hay capacidad para producir cantidades muy importantes de crudos livianos. Igualmente, en la Cuenca Oriental hay muchísimos yacimientos que actualmente están abandonados y podrían producir crudos livianos.
El crudo sintético no se produce por la mezcla de crudos extra pesados y livianos. Es un crudo mejorado. El crudo pesado se lleva los mejoradores, que habían cuatro en Jose, y esos mejoradores lo que hacen es romper las moléculas de crudo pesado y transformarlas en crudo mediano o liviano de acuerdo con las características de las refinerías que vayan a procesar ese crudo. Todo eso se encuentra en un pésimo estado. La mayoría de los mejoradores no funcionan yVenezuela, en estos momentos, exporta lo poco que puede, básicamente en crudos extrapesados, por la situación en la cual se encuentra la producción de los crudos livianos. Pero no se importa este tipo de crudo porque no lo haya, sino porque la producción ha caído a mínimos históricos.
_ ¿Qué ha pasado con el gas natural? ¿Por qué se abandonó la Orimulsión?
Venezuela es un país cuya producción de gas está asociada a la de petróleo. Al caer una, cae la otra. Eso no significa que no haya depósitos de gas importantes. Los hay en el oriente del país, en la Plataforma Continental al norte de Paria y en el estado Falcón, donde está el yacimiento Perla, que es uno de los más importantes gasíferos. Pero se vende el gas natural a precios que ni siquiera cubren los costos de producción. Si no aumenta la producción de petróleo liviano, no aumentará la de gas asociado. Hay que diseñar programas que permitan el aprovechamiento del gas descubierto que no ha sido totalmente desarrollado ni en el norte de Paria ni en Perla. Varios de esos yacimientos se descubrieron en 1982; un poco más tarde, Trinidad encontró en su territorio y zonas cercanas a Venezuela otros yacimientos de gas. Actualmente están agotados. En Venezuela, aún no se ha producido de manera comercial una molécula del gas de Paria. Está pendiente. Otro tanto ocurre con el gas de Perla, en el estado Falcón: en el agua hay un yacimiento muy grande que hay que aprovechar y permitir que sean operaciones rentables para las empresas que allí trabajan. De lo contrario, ese gas quedará en el subsuelo.
En cuanto a la Orimulsión, allí se dio un bandazo de 180 grados durante el gobierno de Chávez. En el primer viaje que hizo a China, recuerdo claramente cuando dijo que la Orimulsión debía sustituir al petróleo y año y medio más tarde paralizaron todos los programas para ese desarrollo. La Orimulsión es una mezcla de crudos pesados, en una altísima proporción de agua y de un sulfatante; eso se mezcla y se produce una emulsión estable que se puede transportar fácilmente, incluso se puede quemar en las turbinas de plantas eléctricas. Una lástima que no se haya continuado con la comercialización de la Orimulsión porque eran unos nichos que teníamos, tanto en Inglaterra como en China. Lamentablemente perdimos pues eso se paralizó.
_ Nuestras refinerías están en estado deplorable. Prueba de ello es la frecuencia de los accidentes que antes eran muy raros. ¿Es ello culpa de las sanciones?
Absolutamente no. Las sanciones no han tenido nada que ver. Los accidentes de las refinerías no son culpa de las sanciones. Son el producto del abandono del mantenimiento preventivo y el penoso estado de las instalaciones. Yo no recuerdo haber visto jamás, en la época anterior a Chávez, que hubiesen accidentes importantes en las refinerías. Nunca ocurrían porque había un riguroso control de su estado de funcionamiento a través de los planes preventivos. Ellos se abandonaron totalmente y es lo que explica los frecuentes accidentes que vemos ocurrir ahora.
_ En momentos como el que vive el mundo, con guerras y crisis económicas, ¿no debería Venezuela estar en primera línea, aportando al mundo el combustible que necesita?
Evidentemente que sí, pero como sabemos, la industria petrolera está destruida, no solamente en la refinación, sino todas las áreas de producción han sido saqueadas, desvalijadas. Las líneas de flujo de los pozos a las estaciones, de las estaciones de recolección, de bombeo, las plantas eléctricas, de agua, de gas. En general, la industria ha sido totalmente desmantelada y será un esfuerzo gigantesco el que habrá que hacer para recuperarla. A Venezuela le tomará algunos años y mucha inversión privada para que podamos recuperar los niveles de producción que teníamos. ¡Claro que es posible hacerlo!. Pero todo ello implica estabilidad política, gobernabilidad, garantías para los inversionistas y políticas públicas claras.
_ Si algo debe ser puntual obligación de cualquier Estado y de la industria petrolera en el caso de Venezuela, es satisfacer las necesidades básicas de la población. La empresa ni siquiera está en condiciones de suplir el mercado interno y más bien asegura a Cuba sus envíos constantes. Ahora se habla mucho de un “precio justo” de la gasolina. ¿Es eso justo?
Lo más caro es lo que no existe. Actualmente, en Venezuela se está pagando la gasolina muy cara pero, por otra parte, tampoco existe en diversas áreas del territorio nacional. Creo que el precio de la gasolina debe ser el equivalente al valor de exportación de esa gasolina. Debemos abandonar de una vez por todas la gasolina subsidiada pues eso no hace rentable la operación, sería extremadamente oneroso y Venezuela no está en condiciones de hacerlo. Si tenemos un suministro estable, confiable y seguro de gasolina al mercado interno, pienso que eso es más que suficiente. No podemos tener un precio de la gasolina diferente al que pagan en Colombia pues se originaría un extraordinario contrabando de extracción, como ha venido ocurriendo. Debíamos, entonces, seguir una política de precios similar a la actualmente se sigue en Colombia.
_ Esta “revolución” nos dejará una gran deuda que obligará a un plan de emergencia petrolero para poder pagarla. ¿Cuáles serían las grandes líneas de ese plan?
Para mí es fundamental que haya una nueva Ley de Hidrocarburos que recoja unas políticas claras de estímulo y de incentivos a la inversión privada, tanto nacional como extranjera, que permita que vengan actores distintos a participar. Los pequeños campos pueden ser operados por empresarios venezolanos; los medianos también y los grandes en manos de las compañías petroleras internacionales. Pero para eso se requiere una Ley moderna, competitiva, que no la tenemos. Debemos darnos cuenta de que si queremos recuperar el sector petrolero, hay que olvidarse de que vamos a tener nuevamente una empresa petrolera nacional como la que teníamos antes. A PDVSA no la veremos más nunca y lo que tenemos que hacer con ella es recuperar lo que se pueda, relevarla de todas las responsabilidades que no tienen nada que ver con el petróleo, pero contar con que el grueso del desarrollo petrolero futuro y su recuperación va a estar en manos del sector privado, aunque con lineamientos muy claros por parte del Estado venezolano.
_ Algunos piensan que Venezuela perdió el tren al aproximarse tiempos en donde el petróleo podría ser sustituido por otras fuentes de energía. ¿Cuál es el futuro del petróleo en el mundo? ¿Seguirá siendo el petróleo una fuente importante de energía en el mediano plazo?
Los hidrocarburos en general van a continuar durante muchos años siendo una fuente importantísima de energía. No es posible sustituir una energía por otra en el corto plazo. En los últimos 20 años se ha invertido miles de millones de dólares en fuentes alternas de energía, me refiero básicamente a las energías eólica y solar. Pero esas energías nunca podrán competir con el petróleo, el gas, el carbón, los minerales estratégicos, de los cuales tenemos increíbles reservas. Actualmente, el petróleo, el gas, el carbón, los hidrocarburos en general, significan el 80% del consumo energético del mundo. La industria petrolera pasó de producir 65 millones b/d a 100 millones por día. La vida de los hidrocarburos va a continuar durante muchos años más, lo que no significa que debemos descuidar el problema ambiental, que es prioritario para la humanidad, lo vemos en las catástrofes climáticas. Pero se está trabajando mucho en varios frentes, además del desarrollo -lento, pues así es- de fuentes alternas y controlando la emisión de C02, la contaminación.
_ ¿Contamos con los recursos humanos que hacen falta para los proyectos que serán imprescindibles poner en marcha?
Venezuela tiene importantes recursos humanos. Durante los 40 años de democracia se le puso mucho empeño a la eeducación. Hoy estamos a la cola de cualquier país latinoamericano. Tenemos que recuperar la primacía de la educación. Tiene que ser esa la prioridad.
_ Vistas estas urgencias, ¿no es hora de llamar seriamente a un Acuerdo Nacional para reconstruir al país, más allá de los dogmatismos políticos o intereses contrarios a las libertades individuales y al Bien Común de la nación?
Durante la democracia vimos la importancia de contar con acuerdos políticos entre los principales partidos como indispensables para la estabilidad del país y la paz pública. En la política exterior y petrolera son fundamentales los acuerdos. También para el desarrollo de políticas sociales incluyentes y eficaces. Tenemos una deuda social acumulada extremadamente grande, acentuada durante estos años de gobierno chavista. Eso hay que atenderlo porque la estabilidad de un país radica, entre otras cosas, en que haya una sólida clase media. Hay que fomentar y construir una clase media fuerte, como la que se venía construyendo en democracia. Ella no se construye con cajas de comida, sino con educación, con oportunidades y con trabajo. Las oportunidades no tiene necesariamente que brindarlas el Estado, es al sector privado al que corresponde abrirlas. Si la gente se educa y se prepara y hay políticas públicas claras, de fomento y estímulo a la inversión privada, el favorecido al final será el ciudadano, la población venezolana.-