El séptimo arte entró por la puerta grande en Cuba a principios del siglo XX, pero alcanza su punto álgido en la década de 1959 a 1969, momento bautizado como la «época de oro del cine cubano». La lista de películas cubanas que permanecen intactas en la memoria colectiva es bien extensa, ya sea por tratar temas acuciantes de la sociedad cubana, por actuaciones memorables o por hacernos reír con dosis de humor criollo…
Hacer una selección en poco espacio de las mejores películas del cine cubano resulta bastante espinoso y no escapa de la subjetividad intrínseca a todas las manifestaciones artísticas. Aun así, nos arriesgamos a mencionar esos clásicos cubanos que todo cinéfilo de la isla debe haber visto alguna vez. Preparados… ¡acción!
«El cine no puede evitar nutrirse directamente de aspectos de la realidad y conformar con ellos una obra, que por fuerza tiene que tener una significación y una incidencia en la realidad misma».
Tomás Gutiérrez Alea
1. Memorias del subdesarrollo (1968)
Memorias del subdesarrollo, del director Tomás Gutiérrez Alea, es la «película cubana por antonomasia», ese filme que no escapa a ninguna recomendación de cine cubano. A tantos años de su estreno sigue siendo no solo una de las mejores películas cubanas, sino también de Iberoamérica.
El principal logro del largometraje fue mostrar a un intelectual cubano revolucionario como espectador crítico y reflexivo sobre los cambios de realidad cultural y social de la isla que la Revolución trajo consigo.
2. Fresa y chocolate (1993)
Otra de las películas cubanas que también se coloca entre los clásicos de nuestro cine es Fresa y Chocolate, de los directores Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío. El argumento, la incisiva crítica a la intolerancia hacia la homosexualidad en los años 70-80, las actuaciones, los guiños de humor y los espacios donde se desarrolla el filme, lograron que gustara sobremanera al público cubano.
¿Quién no se acuerda de la graciosa frase «¡Uy, una fresa! Hoy es mi día de suerte»? Fue la primera de nuestros largometrajes en estar nominada a un premio Óscar y ostenta unos cuantos galardones y premios en festivales internacionales.
3. La muerte de un burócrata (1966)
¿Qué necesita una película cubana para caer rendidos a sus pies? ¡Crítica en clave de humor criollo! Y ese fue el recurso explotado por Tomás Gutiérrez Alea en La muerte de un burócrata.
La muerte de Paco en un accidente laboral y la «brillante» idea de enterrarlo con su carnet laboral desencadena toda una serie de sucesos matizados con dosis de humor cuando su viuda necesita el dichoso carnet para reclamar la pensión. ¿La cereza del pastel? Un burocratismo absurdo que complica todo…
4. Lucía (1968)
Raquel Revuelta, Eslinda Núñez y Adela Legrá, tres Lucías, tres momentos históricos, hicieron de esta película un ícono del cine cubano. Cada Lucía y su circunstancia histórica se vuelven los protagonistas de tres periodos de la historia de Cuba: la guerra de Independencia, la lucha contra el dictador Gerardo Machado y los primeros años de la Revolución.
Del director Humberto Solás, Lucía es uno de los filmes más antológicos de producción nacional y cuenta con numerosos reconocimientos nacionales e internacionales.
5. Los sobrevivientes (1979)
Con ese título y con esta frase «A mí me da lo mismo capitalismo, socialismo… como si vuelve el feudalismo. Lo que hay que saber es cogerle la vuelta al sistema…», no es muy difícil imaginar «por dónde van los tiros» en la película Los sobrevivientes, de Tomás Gutiérrez Alea.
Pleno triunfo de la Revolución y una acomodada familia de la burguesía cubana que quiere conservar a toda costa su estatus conforman el pilar sobre el que se desarrolla este filme de humor negro. Destacan las grandes interpretaciones de Enrique Santiesteban, Reinaldo Miravalles, Vicente Revuelta, Carlos Ruiz de la Tejera, Ana Viñas y Germán Pinelli.
6. Vampiros en La Habana (1987)
Vampiros en La Habana, del director Juan Padrón, es de lo mejor que ha dado la década de oro del dibujo animado cubano. Y no, no es una película de terror, todo lo contrario. Esos vampiros te harán reír a carcajadas en su lucha, al mejor estilo de gánsteres, por hacerse con el vampisol, una fórmula mágica para proteger a los vampiros de la luz solar.
Seguramente recuerdas las tan conocidas frases «rey del mundo, ¿tú tendrás un cigarrito ahí?» y «oye, el de la cornetica, ¿tú no trabajas por la mañana, mijito?».
7. La bella del Alhambra (1989)
Retrato de los años 20, esa Habana de cabaret y vedettes, La bella del Alhambra es una de las películas musicales cubanas más recordadas. Una coqueta Beatriz Valdés cantando «Si me pides el pescao te lo doy…» hizo suspirar a nuestros abuelos.
El largometraje mezcla drama, musical, parodia, espectáculo, todo bien condensado bajo la dirección de Enrique Pineda Barnet para lograr un reconocido melodrama musical.
8. Clandestinos (1987)
Dirigida por Fernando Pérez y ambientada en medio de la lucha clandestina antes de 1959, etapa convulsa en la historia de la isla, se teje una de las clásicas historias de amor del cine cubano: la de Ernesto y Nereida. Aunque bebe de hechos históricos no se trata de un filme histórico per se, más bien se aproxima al género de thriller, lleno de acción, suspenso y drama.
Con sus interpretaciones en esta película, Isabel Santos y Luis Alberto García se consagran como dos de los rostros más conocidos y queridos en la industria del cine cubano.
9. El cuerno de la abundancia (2008)
Si de reír a lo cubano se trata, El cuerno de la abundancia es entre las películas cubanas una de las preferidas. La reclamación de una supuesta herencia millonaria envuelve a una familia cubana actual en una serie de peripecias llenas de humor. Mucho de choteo cubano encontrarás en esta película de Juan Carlos Tabío. Pero bajo esa dosis humorística se revelan miserias humanas que son el foco de crítica en la película.
10. Conducta (2014)
Una de las películas cubanas actuales más gustadas por los cinéfilos es Conducta. Dirigida por Ernesto Daranas, con las espectaculares actuaciones de Alina Rodríguez y el niño Armando Valdés Freire y un guion que invita a reflexionar era de esperar que tuviera una excelente acogida entre los amantes del género.
Un niño «mala cabeza», criado en un solar habanero y con una madre alcohólica, crea un fuerte vínculo con una veterana profesora que lo intenta «salvar» de ese ambiente marginal, lleno de ilegalidades y tan poco propicio para su buen desarrollo. La trama, por reflejar problemáticas sociales de la actualidad cubana, nos saca unas lágrimas y a la vez nos hace reflexionar sobre la función de la familia, la escuela y la sociedad en la educación de los niños.