DOMINGO MARSICCOBETRE
Es graduado en Química en la UCV en 1970 y Doctor en Ciencias de la Universite du Poitiers, en FRANCIA en 1976. Ha estado activo en el sector de los hidrocarburos durante 45 años y 25 de estos años en PDVSA. Ocupo diferentes posiciones técnicas, gerenciales y ejecutivas en Refinación, Mercadeo, Asuntos Públicos, Gas y Exploración y Producción. Durante su carrera estuvo asignado en posiciones gerenciales en Petro Canadá en Calgary-Canadá, Refinería Isla en Curazao y en Flúor Daniel en Texas-USA y en Venezuela fue Gerente Técnico en EL Palito y Pto. La Cruz, Gerente del Proyecto Gas Natural Vehicular en Venezuela, Sub-Gerente General de Mercadeo en Corpoven, Gerente General de Asuntos Públicos, Gerente General de desarrollo de Gas, Director del Proyecto Gas en PDVSA y Presidente de PDVSA Gas, hasta su nombramiento como vicepresidente de Petróleos de Venezuela en el año 2000. A partir de agosto 2001 se ha desempeñado como Consultor Independiente en el sector de Petróleo y Gas, en empresas como Arthur Anderson, Deloitte & Touche, Ecopetrol, Techint, Itochu Corp., Hyundai E&C, Venequip, etc. En los últimos 10 años, simultáneamente se ha desempeñado también en el área de Finanzas y Seguros como director Externo del Grupo STATETRUST en Boca Ratón y director de Atlántica de Seguros en Republica Dominicana.

 

La transición energética y su evolución se mueven a pasos agigantados, dejando ver claramente lo que será el futuro de la energía fósil y la ventana de oportunidades que todavía se espera para la participación de los hidrocarburos y en especial para el gas natural. En los últimos 23 años se ha intentado de distintas maneras abrir en Venezuela oportunidades para el desarrollo del sector gas y crear un mercado robusto y amplio geográficamente, que permita una mayor descentralización industrial, crear condiciones de desarrollo de otros sectores de la economía, desarrollar oportunidades de explotación para hacer crecer la oferta y aportar energía menos costosa y limpia, incrementar el empleo, reemplazar líquidos que se queman en el sector eléctrico y, a fin de cuenta, crear una verdadera bisagra entre los hidrocarburos y los venezolanos. Sin embargo, la crisis económica y el profundo declive operacional de la empresa del Estado han provocado un colapso en el suministro de gas natural y de gas licuado de petróleo (GLP) afectando a los comercios y a todos los ciudadanos.

En la actualidad y con miras al futuro, se promueve como paso inicial básico un cambio en la legislación venezolana de los hidrocarburos, con el cual se pretende reducir el rol controlador y la participación del Estado en la cadena del negocio y reforzar su función de promotor y regulador de la actividad privada. Esta propuesta extiende la libertad del inversionista privado para producir el hidrocarburo que llene sus intereses comerciales y que cumpla con las regulaciones, fusionando legalmente las actividades de explotación de gas asociado y de gas no asociado, sin vulnerar los derechos del sector privado ni ningún aspecto positivo contenido en la llamada Ley de Hidrocarburos Gaseosos. Así mismo, la propuesta contiene un marco fiscal flexible, que no solo se adapta a la realidad del negocio de los hidrocarburos, sino que incrementa significativamente el atractivo económico de las oportunidades de negocio en Venezuela.

Como es bien conocido, desde los inicios de la explotación de los hidrocarburos en Venezuela, la disponibilidad de gas natural para el mercado ha dependido de la producción del petróleo, es decir, de la producción de gas asociado. En el año 2000 se tuvo la iniciativa de explorar por gas no-asociado y desarrollar los descubrimientos que accidentalmente se habían logrado en la búsqueda de petróleo. Los éxitos de esta iniciativa pudieron haber sido mejores. El Estado continuó teniendo de alguna manera el control del negocio del gas, y no desarrolló la mayor parte del potencial del país en este particular, hasta llegar a la situación de escasez de un recurso que abunda en el subsuelo. Es acá donde se requieren acciones urgentes para incrementar la oferta y hacerla disponible al emprendimiento, el desarrollo económico y la satisfacción de la población.

Entre las acciones más relevantes tomadas para mejorar la oferta de gas para el mercado interno en Venezuela, se pueden mencionar la promulgación de la Ley del Gas, las rondas de licencias para exploración y producción de gas no-asociado, el redesarrollo de Anaco, y, por último, los otorgamientos de derechos a empresas por la vía de asignaciones directas por parte del ejecutivo. Lastimosamente, la mala administración de la industria ha destruido tanto o más valor que el generado con esas acciones, al permitir el gigantesco desperdicio de gas en las operaciones del Norte de Monagas y de la Faja.

Venezuela tiene un excelente potencial para mejorar la oferta de gas, pero su materialización requerirá no solo del debido instrumento legal, sino también, por un lado, de un Estado con la voluntad y consenso político necesarios para cumplir con planes de largo plazo, y que realice sus roles de regulación y de árbitro en la situación de monopolio natural que el negocio del gas representa, y por el otro, la participación de empresas privadas con el debido músculo financiero, técnico y gerencial.

Entre las acciones a tomar para aprovechar el gas natural y aumentar su oferta en Venezuela se pueden mencionar las siguientes:

  1. Permitir la mayor participación posible del sector privado, cediéndole la administración y control del negocio en la mayoría de los casos.
  2. Promover la maximización de la producción de crudos livianos con relativa alta relación gas-petróleo, garantizando la recolección de la totalidad del gas producido mediante estrictas regulaciones de conservación y condiciones de precios que garanticen la viabilidad económica de la actividad.
  3. Negociar y ofrecer condiciones para que los privados puedan justificar acometer el desarrollo faltante en los campos actualmente bajo licencias de gas.
  4. Rediseñar la estrategia de desarrollo y explotación del Norte de Paria, mediante la asignación de derechos sobre la totalidad de los campos descubiertos, para crear sinergia y maximizar la viabilidad comercial de su explotación.
  5. Acometer el mejor estudio posible para determinar la conveniencia y oportunidad del desinfle en el Norte de Monagas.
  6. Promover el desarrollo de los campos descubiertos en la Plataforma Deltana y la continuación de la actividad exploratoria con nuevas condiciones fiscales y de libertades comerciales.
  7. Ofertar la totalidad de las áreas del país con potencial exploratorio, sin distingo entre gas asociado y no-asociado y con condiciones fiscales competitivas con respecto al resto del mundo. La ventana de los hidrocarburos ya pareciera ser corta para esta iniciativa. Sin embargo, crear términos y condiciones muy favorables podrían compensar esa desventaja.

 

La siguiente tabla resume en una manera indicativa lo que podría ser la oferta de gas en Venezuela, si se implanta lo anteriormente señalado. Es importante destacar que esta estimación está basada sobre las reservas probadas y probables conocidas y por ende no incluyen el fruto de la exploración adicional que pueda acometerse.

Potencial de oferta de Gas
En resumen, sin contar con lo que pudiera aportar el esfuerzo exploratorio futuro, los campos en Venezuela pueden ofrecer un potencial de gas para el mercado de 3.000 MMPCD en el corto plazo, y de 9.000 MMPCD en el largo plazo.
Regiones de Distribución

Como se observa en la lámina, el país cuenta con una red principal y básica de transmisión de gas natural, que atraviesa cuatro grandes regiones geográficas como lo son: la región de Occidente-andina donde existen operaciones petroleras, un complejo petroquímico, varías plantas eléctricas esenciales, así como centros poblados relevantes, la Región Centro occidental con las refinerías más grandes del país , Región Central con centros poblados de gran importancia, así como zonas industriales, y la región Oriental siendo el mayor centro de producción gasífera y la zona poblada donde está la base de nuestras empresas básicas.

Para hacer llegar el gas natural a los ciudadanos, se requiere de nuevas acciones y condiciones. La gasificación por regiones como hemos planteado, mediante procesos de licitación transparentes, permitirá a empresas internacionales y nacionales manejar grandes proyectos de inversión en infraestructura para la construcción de gasoductos secundarios de distribución que llevarían el gas hasta la puerta de las ciudades y centros poblados. Sera una fuente extraordinaria de empleos diversos y permitirá la operación de gasoductos por empresas privadas calificadas con la consecuente recuperación de su inversión.

Sistemas de Transporte y Suministro

Así mismo, internamente y en cada ciudad o centro poblado podrán operar comercializadoras que se encargaran de construir las redes internas que llevaran el gas a los consumidores.

Dos aspectos cruciales para el éxito de esta iniciativa serán los relativos al financiamiento y al rol del ente regulador en la determinación de las tarifas de transporte y el precio al consumidor, teniendo en cuenta el necesario retorno del productor de gas desde distintas fuentes de producción y la rentabilidad de los actores en la cadena de suministro.

En el primer caso, el Estado deberá gestionar ante organismos multilaterales de financiamiento, fondos de inversión y otras agencias de cuidado del ambiente y crecimiento económico, el soporte a los fondos de respaldo necesario para la construcción de la infraestructura y la administración a través de la banca privada de estos recursos. Las empresas licenciatarias deberán tener la fortaleza y credenciales para acceder a dichos recursos. Las empresas operadoras constructoras o no de redes de comercialización, tendrán también acceso a dichos recursos.

En conclusión, para llevar gas a los ciudadanos se requiere de una apertura real, sin ambigüedades, de un marco jurídico que garantice estabilidad al inversionista, un ente regulatorio promotor y técnicamente eficiente, de mecanismos de financiamiento adecuados y oportunos y de una dirección política que en conjunto use el gas natural como palanca de desarrollo de otros sectores. Requerimos que los actores fundamentales de la dirección del Estado compartan la visión de largo plazo para el desarrollo del sector y que el mismo no esté sujeto al manejo político del gobierno de turno.