HÉCTOR QUINTERO MONTIEL

 

La Comunidad del Caribe (CARICOM) es una organización internacional instituida para el fortalecimiento de las relaciones en la región del Caribe; su sede se encuentra en Georgetown, Guyana. Fue fundada en 1973 por el Tratado de Chaguaramas firmado en Trinidad y Tobago, sustituyendo a la Asociación Caribeña de Librecambio que había sido creada en 1965. Parte del tratado revisado entre los Estados miembros incluyó el establecimiento y la aplicación de la Corte Caribeña de Justicia.

Pertenecen a esta organización 15 naciones del Caribe, mayormente anglófonas y dependencias británicas. Los miembros de pleno derecho son: Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago (las Islas Vírgenes Británicas y las Islas Turcas y Caicos son miembros asociados). Las Bahamas pertenecen a la Comunidad, pero no al mercado común creado en su seno, mientras que Aruba, Colombia, Curazao, México, Puerto Rico, República Dominicana, San Martín y Venezuela son países observadores.

Sus principales objetivos han sido promover la integración económica y la cooperación entre sus miembros, impulsar la cooperación en los ámbitos educativos, culturales e industriales, asegurando que los beneficios de la integración se distribuyan equitativamente entre sus miembros, y para coordinar la política exterior. Sus principales actividades incluyen el acoplamiento de las políticas económicas y la planificación del desarrollo, la elaboración e institución de proyectos especiales para los países menos desarrollados dentro de su jurisdicción; funciona como un mercado regional único para muchos de sus miembros (mercado único del CARICOM), y la solución de controversias comerciales regionales. Aunque la lengua inglesa es oficial en la mayoría de sus miembros, el español va ganando terreno.

En 2003 la Comunidad del Caribe acordó hacer del castellano su segundo idioma oficial, y reconoció la necesidad de popularizarlo en la región, para lo que solicitó la ayuda de Cuba y de la Organización de Estados Americanos. Según declaró el 9 de octubre de ese año su subsecretaria general, Lolita Applewhite, los jefes de estado de la comunidad tomaron esa decisión para ayudar a reducir las distancias culturales y de comunicación que la separan de sus vecinos latinoamericanos. Cabe destacar, que Venezuela desde los años 70 posee, en cada uno de los países del Caribe, centros de enseñanza del idioma y de algunos trabajos útiles como mecánica, cuatro, refrigeración y otros; sin embargo, a pesar de que nuestro país tiene una larga experiencia con sus institutos culturales y presencia en casi todas las islas, no fue considerado apto para continuar enseñando y profundizando el castellano en las islas caribeñas, entregándose esa responsabilidad a Cuba.

La cooperación bilateral entre Venezuela y los países que integran la Comunidad del Caribe (Caricom) ha sido ratificada por el Gobierno venezolano, según un comunicado emitido recientemente. Este mensaje se produce en el marco de la celebración del 50° aniversario de la creación de la organización, lo que significa que Venezuela ha visto esta ocasión como una oportunidad para destacar la importancia de la cooperación entre las naciones caribeñas. Esta declaración demuestra el compromiso de Venezuela con la solidaridad y la complementariedad, valores que son esenciales para la construcción de una región más unida y próspera.

EL PROTOCOLO DE PUERTO ESPAÑA

Este instrumento jurídico propuesto por el gobierno venezolano en 1970, siendo Canciller de la República el doctor Arístides Calvani, quien creía firmemente que Venezuela debería tener una mayor presencia en el Caribe y comenzar a intensificar nuestros lazos con las naciones caribeñas, por su casual nacimiento en Puerto España, tenía una visión amplia sobre nuestros vecinos del frente o del rosario de islas, como solía decir.

Calvani promovió la negociación y el diálogo hasta alcanzar la firma del Protocolo de Puerto España el cual se firmó en la capital de Trinidad y Tobago, propiciando con ello una nueva etapa de esperanza entre las partes, que sirviera para que ambos Estados reflexionaran sobre sus posturas, dialogaran y cooperaran en medio del diferendo. Sin embargo, cuando se presentó dicho documento al Congreso Nacional no pudo ser aprobado porque la mayoría parlamentaria de Acción Democrática no lo permitió.

Esa fórmula se presentó luego de la sublevación separatista del Rupununi, en el sur de Guyana, en 1969, cuando un grupo de amerindios solicitaron a Venezuela su incorporación como ciudadanos venezolanos en los últimos días del gobierno presidido por Raúl Leoni, el cual decidió abstenerse de apoyar la insurrección. Producida la revuelta, el 2 de enero de 1969, los insurgentes ocuparon varios poblados de la zona Sur de la Guayana Esequiba en el antiguo Distrito de Rupununi, actual región de Alto Tacutu-Alto Esequibo y fue contenida 3 días después por el ejército de Guyana.

DIFERENDO LIMÍTROFE DEL ESEQUIBO

Guyana y Venezuela aceptaron el método de los Buenos Oficios de las Naciones Unidas. La figura de un Buen Oficiante —un facilitador designado por el secretario general de la ONU para acercar las posturas de los actores en conflicto y procurar una salida pacífica a las controversias— se activó formalmente en 1989 para aproximar a las partes a una solución. El granadino Alister McIntyre fue el primer Buen Oficiante de la controversia.

El Acuerdo de Ginebra faculta al secretario general de las Naciones Unidas para elegir el mecanismo ideal que permita solucionar pacíficamente la controversia si fracasan las negociaciones bilaterales. Luego de casi 30 años, los Buenos Oficios demostraron no ser eficaces y como tampoco Guyana quiso negociar, el secretario general dejó la resolución en manos de un órgano de justicia, la Corte Internacional de Justicia.

Durante años, la Zona en Reclamación permaneció como una suerte de tierra de nadie. A pesar de representar cerca del 70 % del territorio actual de Guyana, ese país no había logrado grandes acuerdos para la explotación de sus recursos, pues las grandes empresas mineras y petroleras temían perder sus acciones en Venezuela si entraban en el conflicto. Todo cambió con la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999. La disputa se reavivó en 2015, cuando la empresa estadounidense Exxon Mobil encontró yacimientos de petróleo frente a las costas del Esequibo, que por cierto equivale a dos tercios de Guyana.

Geopolíticamente Guyana siempre ha estado alineada más con el Caribe que con Suramérica, y es que al igual que ese país, varias islas comparten un pasado colonial británico y forman parte de la Commonwealth. En 2005 Chávez creó Petrocaribe, una alianza estratégica para proveer de energía a la región, incluyendo a Guyana. Promovió la inclusión de ese país en otras instancias multilaterales con el fin de ganarse también a sus aliados caribeños.

El acercamiento con Georgetown ya se había concretado un año antes, con un encuentro entre Chávez y el entonces presidente guyanés, Bharrat Jagdeo. Allí, afirmó que su Administración no se opondría a la llegada de inversiones extranjeras a la Zona en Reclamación. “El gobierno venezolano no será un obstáculo para cualquier proyecto a ser conducido en el Esequibo, y cuyo propósito sea beneficioso para los habitantes del área”, declaró. En el 2011, Chávez acordó congelar la disputa territorial con el país vecino. Esto con el fin de sumar el voto caribeño cuando Venezuela presentó su candidatura al Consejo de Seguridad de la ONU. A lo largo de su gobierno realizó declaraciones en las que mostraba desinterés por el Esequibo, e incluso una fuerte oposición a cualquier escalada de tensiones con Guyana.

A pesar de lograr el apoyo del bloque caribeño en diferentes instancias internacionales, al momento de tratar el tema del Esequibo, Caricom se ha mantenido del lado de Guyana. Igualmente, con la salida de las transnacionales de Venezuela ante la ola de nacionalizaciones promovida por el chavismo, muchas han encontrado en Georgetown un socio comercial menos hostil y cercano a los yacimientos del macizo guayanés. Y aunque desde 2013 el régimen de Maduro intensificó sus reclamos, su situación internacional actual hace que el panorama ahora luzca similar al del laudo de 1899.

Son varios los programas de cooperación que ha ofrecido Venezuela a las naciones del Caribe durante largos años, como la enseñanza del castellano y diversos oficios en los institutos culturales dependientes de las misiones diplomáticas o consulares. Asimismo el financiamiento para el desarrollo de los países a través del Fondo de Inversiones de Venezuela, así como la venta de crudos y productos petroleros con facilidades de pago y a precios por debajo del mercado, muchos de los cuales fueron condonados.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, concluyó en 2018 que no se había alcanzado un “progreso significativo” y escogió a la CIJ para zanjar el asunto, si bien mantuvo la figura del Buen Oficiante como “proceso complementario”. Ese mismo año, Guyana introdujo una demanda contra Venezuela en la CIJ exigiendo que se declarara la validez del Laudo Arbitral de París de 1899, que dio al Reino Unido gran parte de la zona en reclamación y que el gobierno de Caracas califica como «fraudulento, nulo e írrito”. Guyana insiste que la demanda territorial de Venezuela sobre el Esequibo es “absurda” y que el Laudo Arbitral de París tiene “validez legal”.

PRESENCIA RUSA Y CUBANA EN EL CARIBE

El desequilibrio político en la zona del Caribe ha sido propulsado por el régimen castrista quien juntamente con los rusos iniciaron la formación de milicias en la isla de Grenada, aun formando esta parte de la Commonwealth. En ella, los Estados Unidos habían construido y establecido una facultad de medicina para los estudiantes del Caribe angloparlante.

La amistad de Grenada con Cuba se acrecienta el 13 de marzo de 1979, cuando a través de un golpe de Estado incruento, liderado por Maurice Bishop, el líder del Movimiento New Jewel derrocó al gobierno de Eric Gairy para establecer un régimen que fue acusado de adherirse al marxismo-leninismo y de alinearse con la Unión Soviética y Cuba. El gobierno de Bishop fue también acusado de promover la militarización de su país, que mantenía un pequeño ejército. El gobierno granadino también comenzó a construir un aeropuerto internacional con la ayuda de Cuba cuyas dimensiones eran desproporcionadas para el uso de vuelos comerciales; con la colaboración de la antilla caribeña nuevamente el suelo americano era hollado por guerrillas formadas y entrenadas por el régimen castrista. El 19 de octubre de 1983, una facción también socialista liderada por el viceprimer ministro Bernard Coard depuso del poder a Bishop; las fuerzas de Coard posteriormente lo ejecutaron.

La ejecución de Bishop motivó la invasión de la isla por el Ejército de los Estados Unidos seis días después (el 25 de octubre) en la llamada Operación Furia Urgente. Desembarcaron 1900 infantes de marina estadounidenses, teóricamente para salvaguardar a los estudiantes estadounidenses y otra población que aún estaba en la isla. «Granada no tiene gobierno», dijo el presidente Reagan, y había más de 1.000 ciudadanos estadounidenses en supuesto riesgo. Margaret Thatcher desde el Reino Unido denunció la invasión estadounidense. Los gobiernos de Trinidad y Tobago, Guyana, Belice y Venezuela se distanciaron de la invasión.

Años después de la activa presencia cubana en la política exterior de la Caricom nos va a traer un nuevo protagonista a la escena política; se llama Ralph Gonsalves quien preside el gobierno de San Vicente y las Granadinas desde hace más de 20 años. Sostiene excelentes vínculos con Cuba y Venezuela, fes erviente admirador de Castro y Chávez y por vez primera un político del Caribe anglosajón tomará las riendas de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Se le conoce como comandante Ralph, así lo apodaron y lo adoptó como nombre propio para hacer política y hasta para titular su autobiografía: «La construcción del camarada, la historia política de Ralph Gonsalves». Su nombre verdadero es Ralph Everard Gonsalves y recibirá la posta de la CELAC del presidente Alberto Fernández.

Gonsalves supo tejer buenos vínculos con varios de sus vecinos caribeños, entre ellos el gobierno cubano. «Fidel (Castro) es una de las personalidades más importantes del mundo contemporáneo. Ha sido un hombre de ideas y de acción que bebió de la fuente de José Martí”, expresó en el Coloquio Internacional Memoria y Futuro: Cuba y Fidel, el 1 de diciembre de 2006. Con su sucesor, Miguel Díaz-Canel también mantiene buenos vínculos.

El mismo cariño le profesaba al venezolano Hugo Chávez de quien dijo que junto con Fidel constituían «un ejemplo de amor y solidaridad al mundo al combinar las posibilidades y recursos de sus países para crear la Misión Milagro», un programa social para realizar cirugías oftalmológicas en los pueblos vulnerables de América y África.

«Tenemos dos iconos: Fidel Castro y Hugo Chávez, que se unieron en un programa para recuperar su visión, para que ustedes puedan leer su biblia. Esto no es solamente socialismo, esto es cristianismo en acción. Es algo que levanta la moral, es algo que sobrepasa el valor monetario.», dijo Gonsalves en un discurso transmitido por Venezolana de Televisión. Por extensión, las relaciones con el venezolano Nicolás Maduro también fluyen con buena sintonía.

Cuba, sin tener un gran número de misiones diplomáticas y consulares presenciales en el área del Caribe, poco a poco se fue infiltrando en la vida política de los miembros de la Caricom, ganándose sus adeptos ideológicos y políticos, extendiendo su presencia a otras islas convirtiéndose en actor importante en el escenario caribeño. En ese marco y protegiendo sus intereses es cuando años después propone a Chávez el congelamiento del litigio limítrofe con Guyana. Guyana pobló en los últimos 20 años la costa venezolana del Río Esequibo. Podemos observar cómo Cuba maneja los hilos detrás del diferendo limítrofe con Guyana.

Por otro lado, China es el mayor aliado económico de Guyana e invadió el territorio Esequibo venezolano con una docena de empresas. Realiza un proyecto de puerto de aguas profundas, un sistema ferroviario y una red de vías terrestres, así como varios proyectos hoteleros. Huawei está desarrollando los sistemas de telecomunicaciones y sistemas de vigilancia en el territorio en reclamación y el gobierno chino donó un avión militar Y12, 31 vehículos militares, equipos y dotaciones, así como vehículos, motocicletas e implementos policiales.

Vemos cómo los socios del socialismo del siglo XXI se pliegan a hacer negocios con Guyana y con los países miembros de la Comunidad del Caribe. Ellos indudablemente apoyan a su consocia caribeña, mientras nuestras autoridades guardan silencio. Luego de tanta desidia, ahora se quiere recuperar el Esequibo. Georgetown se plantea establecer bases militares con apoyo extranjero. Por último merece mencionarse que Brasil tiene una larga tradición de colaboración militar con Guyana y Surinam.