JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO EN REUNIÓN DEL GRUPO DE PUEBLA
MARCOS VILLASMIL
Esta nota, de ser necesario reducirla a un hecho fundamental, debería responder a esta pregunta:
¿Quiénes apoyaban la candidatura de Pedro Sánchez?
Comencemos en América Latina:
Nicolás Maduro, Jorge y Delcy Rodríguez, Daniel Ortega, Gustavo Petro, Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Rafael Correa, la hondureña Xiomara Castro, los cubanos Miguel Díaz Canel y Raúl Castro; unida a ellos, la organización de apoyo al terrorismo ly la violencia latinoamericanos, el llamado Grupo de Puebla.
En España, los independentistas catalanes Junqueras, Puigdemont y Rufián, y líderes fundadores de Podemos (y por ende amigos del chavismo), como Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias.
En todo el mundo, la llamada «prensa progresista«, destacando la anglosajona, que muestra una vez más una nociva mezcla de ignorancia e ingenuidad a la hora de analizar la realidad política de las naciones hispanoamericanas.
Como denunciara en nota publicada en «The Objective» el veterano periodista español Luis Prados de la Escosura, «Para medios prestigiosos como The New York Times, Financial Times o la BBC diríase que este domingo tiene lugar un duelo al sol entre el candidato Francisco Franco y las bondades de un Gobierno progresista que entroncaría beatíficamente con la más genuina tradición liberal y antiabsolutista de la historia de España. Franco, franquismo y extrema derecha se repiten en titulares como palabras clave para informar sobre nuestro país».
La demonización del adversario de derecha, y la angelización de los amigos «progresistas«. En ello la izquierda, sus amigos y sus medios de comunicación tienen una ventaja y una experiencia inigualables.
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Dejemos una mención especial para el Alto Comisionado para las Relaciones Exteriores de la Unión Europea, el socialista español Josep Borrell.
El señor Borrell no es sólo un veterano diplomático -fue también ministro de relaciones exteriores con Sánchez- sino sobre todo un gran coordinador de esfuerzos de la izquierda mundial junto al Grupo de Puebla y los partidos del llamado Gobierno Frankenstein (fundamentalmente PSOE y Podemos -ahora Sumar, donde se incluye el partido comunista hispano-). A esa estrategia atiende toda la izquierda latinoamericana y sus dirigentes (cada quien a su manera), que incluyen, bien se sabe, a varios presidentes actuales, como Gustavo Petro, el argentino Alberto Fernández y ese campeón defensor de la Rusia putinista y de Nicolás Maduro, Lula Da Silva.
El más reciente esfuerzo de Borrell ha sido la llamada Cumbre UE-CELAC, realizada en Bruselas, a donde llegaron como invitadas las tiranías de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Sigamos con extractos de una nota de la internacionalista venezolana María Alejandra Aristeguieta, publicada en La Gran Aldea:
«La CELAC a diferencia de la UE no es una estructura formal, con secretaría y sede, sino un espacio político con bajo presupuesto. Es además una criatura del Foro de Sao Paulo, hecha por allá por el 2011 a imagen y semejanza de Fidel, Chávez, Lula, Kirchner, y otros, y -qué casualidad- que sea justo Pedro Sánchez, de la mano de nada menos que el Alto Representante para las Relaciones Exteriores de la Unión Europea, el también socialista, Josep Borrell, quien la resucite. La reunión de la UE con la CELAC se llevó a cabo en Bruselas el 17 y 18 de julio pasados, y allá fue a dar Delcy Rodríguez. La vimos todos, bien trajeada tomándose la foto oficial de rigor con las autoridades de la Unión, luego de que Sánchez le estampara par de besos».
Una Cumbre de pobres resultados (para lo que importa, como la defensa de los derechos humanos) que ni es fácil de explicar y muchos menos de justificar. A fin de cuentas, la CELAC es uno de los instrumentos fundamentales del multilateralismo castrista, y quien quiera hacer una lectura «diplomática» de dicha organización y los intereses que defiende está muy despistado.
Previamente, a fines de mayo pasado, Borrell visitó Cuba. Y fue tratado como lo que es, un buen amigo de la casa. Borrell llegó a la isla-cárcel en medio de una crisis económica nunca vista y las mayores violaciones de los derechos humanos en décadas. No es por cierto su primera visita al castrismo. Siendo ministro de Relaciones Exteriores de España había estado tres veces en menos de un año y medio. Alguna vez el analista Héctor Schamis llamó a dichos viajes como “Diplomacia Meliá” (por los muy importantes intereses turísticos privados hispanos en la isla).
En la visita de mayo pasado se suponía que los actuales acuerdos de diálogo y cooperación entre Europa y Cuba podrían verse en peligro por el apoyo de Cuba a Putin.
Pero Borrell habló fundamentalmente de negocios: «La Unión Europea es el primer inversor en Cuba. Cuenten con nuestro apoyo», dijo. Asimismo, mencionó el supuesto bloqueo norteamericano como causante de la crisis económica, pero olvidó mencionar que Estados Unidos es igualmente un socio comercial de la isla: en 2022, Cuba compró a EE.UU. productos por un valor de más de 370 millones de dólares.
Todo ello bajo la peor crisis económica en la isla desde el llamado «Periodo Especial». Mientras tanto, en 2022, más de 300 mil cubanos entraron a Estados Unidos por tierra desde el sur.
Lo cierto es que en los últimos 6 años se ha triplicado la cooperación entre la UE y Cuba, pero ésta «apenas comienza» y «estamos preparando nuevos convenios de financiación con el Gobierno».
Desde las protestas de 2021 la persecución ha aumentado y la represión se ha hecho más brutal, pero Borrell en sus visitas a la isla no se reúne con disidentes. Diplomático taimado, a cada rato expresa su “preocupación” -insustancial término de rigor- por la situación de los derechos humanos.
Mientras más aumenta la represión y la violación de los derechos humanos y se produce un abrazo cordial con el oso putiniano, los europeos, con Borrell a la cabeza de la iniciativa, aumentan su cooperación con el régimen.
La presencia de la tiranía venezolana en Bruselas al parecer sirvió para abrirle el apetito a algunos países europeos interesados en el gas venezolano. ¿Y qué pasa con la grave crisis humanitaria venezolana, que incluso trasciende sus fronteras? Al coro celestial europeo encabezado por Macron se unieron Lula, el argentino Fernández y el colombiano Petro en pedir que se reactive el diálogo, como si no supieran que el régimen no sólo no está interesado en dialogar, sino que incluso ha iniciado una campaña total y absolutamente ilegal en contra de la Primaria opositora.
Siguiendo con el juego de las apariencias, la declaración final de la cumbre de la Celac y la UE contempló un punto aprobado por unanimidad en el que insta a Venezuela a establecer “un diálogo constructivo entre las partes hacia las negociaciones en Ciudad de México”. La tal negociación ya se parece al cadáver de Felipe el Hermoso, que Juana La Loca se negaba a enterrar, y paseaba por toda España.
Como bien destaca Schamis: «La rectificación de los sinsentidos de Bruselas llegó desde la otra Europa, la rama legislativa en Estrasburgo. Este 12 de julio el Parlamento Europeo aprobó una resolución urgiendo al Estado cubano a detener la represión, liberar a manifestantes y disidentes, y permitir el ejercicio de las libertades (…). Criticó a Borrell por no reunirse con opositores y por contribuir al “blanqueo” del régimen. E instó al Consejo a adoptar sanciones contra los responsables, empezando por el presidente Díaz-Canel.
Una bocanada de aire fresco, por cierto, pero no oculta que las incoherencias de la política exterior europea cuando se trata de Cuba, y por añadidura sus aliados regionales, son profundas y antiguas«.
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El Grupo de Puebla, seguidor fiel del llamado Foro de Sao Paulo, felicitó a su líder máximo, José Luis Rodríguez Zapatero, por los resultados electorales españoles. Extractos:
“El Grupo de Puebla saluda a todo el pueblo español, por la jornada electoral de este domingo 23 de julio. Valora que frente a la enorme campaña del miedo, de las fake news, de las mentiras, de la intolerancia que promueve la extrema derecha, la gran mayoría de las y los españoles [SIC], han optado por concurrir a las urnas, a pesar de ser pleno periodo estival, y votar por quienes promueven el debate democrático y la pluralidad.
Valoramos enormemente el freno a la extrema derecha antidemocrática y excluyente que ha hecho el pueblo español en estas elecciones. Los discursos de odio de Vox y el Foro de Madrid han sido derrotados.
Este ha sido un triunfo de la política social del Gobierno y del pluralismo político desarrollado por el presidente Pedro Sánchez a quien saludamos, y también a la vicepresidenta Yolanda Díaz, por los resultados obtenidos, en particular queremos felicitar a nuestro compañero y fundador del Grupo de Puebla, presidente José Luis Rodríguez Zapatero, por todo el esfuerzo desplegado en la campaña electoral, que en cada mitin a lo largo de España, llamó siempre a la unidad para frenar el avance de la ultraderecha”.
Es evidente entonces que la victoria de Sánchez y de Zapatero en las recientes elecciones españolas fortalecerá los vínculos y las estrategias de la izquierda hispanoamericana, bajo las premisas del Grupo de Puebla. Su coordinación probablemente generará nuevos encuentros europeos y latinoamericanos, en los cuales los crímenes de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua -recordemos que son aliados de primera fila del asesino Putin- serán «premiados» con más y mejores consideraciones especiales.
Y volviendo al comienzo de esta nota: la política europea hacia Latinoamérica se ha manejado con Madrid -y es natural- como un actor fundamental. La cultura común, el castellano y los vínculos históricos son obvios.
Pero el caso es que hoy gobierna en España un régimen de izquierdas revolucionarias, con presencia comunista, y amigas de las tiranías latinoamericanas, principalmente de Cuba y Venezuela, así como enemigas de los valores de Occidente, de los principios democráticos y que prioriza la destrucción de las instituciones de la constitución de 1978.
Algo parecido sucedía durante el Gobierno de Zapatero, destacándose además que su embajador en Venezuela, Raúl Morodo y su familia están siendo investigados por la justicia española por negociaciones turbias y corruptas con PDVSA.
Las democracias europeas presumen de su defensa de los derechos humanos, el Estado de derecho y el pluralismo político; especialmente en los casos de su propia vecindad -como Hungría y Polonia- pero, por desgracia, cuando se trata de las tiranías latinoamericanas otros gallos cantan.
Y el posible nuevo Gobierno de Sánchez (con clara influencia de Zapatero) no traerá buenas noticias para las luchas latinoamericanas por la libertad.