José Ignacio Moreno León
«Ni la economía ni la política pueden estar por encima de la dignidad humana».
«La ESM confronta las amenazas liberticidas y autoritarias que ponen en riesgo la democracia y valores de la cultura occidental»
«Para el 2.050 podríamos estar ante un Armagedón ecológico»
Entrevista de Macky Arenas
Conversamos con José Ignacio Moreno León, Ingeniero Químico, con Maestría en Administración en la Universidad Central de Venezuela y Administración Fiscal y Desarrollo Económico de la Universidad de Harvard. Asimismo Ex–Ministro de Energía y Minas; ex–Embajador en Canadá, ex–Ministro del Fondo de Inversiones de Venezuela; Superintendente fundador del SENIAT; ex–Miembro del Directorio del Banco Central de Venezuela, y ex rector de la Universidad Metropolitana. Uno de los más reconocidos expertos venezolanos en Economía Social y Ecológica de Mercado (ESEM). Lo concibe como un sistema humanista para aprovechar las posibilidades y enfrentar riesgos de las nuevas realidades globales.
_ Pareciera que la globalización, los avances tecnológicos y sus consecuencias plantean retos ante los cuales los modelos económicos actuales no están dando respuestas. ¿Comparte esa opinión?
La globalización y la mundialización de la economía, impulsadas al ritmo de las grandes transformaciones científicas y tecnológicas del presente siglo, puede representar una gran oportunidad de progreso, sin embargo su desarrollo hasta el presente, sustentado de manera notable en un modelo económico con visión fundamentalista del mercado y el objetivo de generación y acumulación de riqueza, sin considerar los efectos regresivos del proceso, está planteando perversas consecuencias sociales, políticas y ecológicas que son tendencias generadoras de graves interrogantes en cuanto a la viabilidad y gobernabilidad de esta nueva revolución industrial que está viviendo la humanidad.
_ ¿Eso explica el avance del populismo y el autoritarismo?
En parte sí, porque la globalización puede, además, representar una amenaza para las instituciones del Estado nación limitando su soberanía por la creciente interdependencia y vulnerabilidad que está surgiendo entre los integrantes de la comunidad mundial, producto de los notables avances tecnológicos y de las comunicaciones. Eso pone en peligro el pacto social que aseguró la estabilidad a las democracias liberales en la era de la posguerra, y explica además el debilitamiento del apoyo al sistema democrático en muchas sociedades con el surgimiento de peligrosas tendencias populistas y autoritarias.
_ Siendo la globalización una realidad, ¿qué se puede hacer para revertir esos procesos y hacer de la globalización una reformadora en positivo?
Lo que, efectivamente, no se puede desconocer es que la versión postmoderna de la globalización representa una realidad que está generando una red de interrelaciones e interdependencia entre diversas regiones geográficas, países y culturas que comprenden no solo la economía, sino también otras múltiples facetas del quehacer humano que afecta las instituciones del Estado y de las sociedades nacionales, al igual que las relaciones de la humanidad con su entorno medioambiental. Por lo que la globalización bien orientada y con sentido humano puede favorecer la expansión de la democracia y generar crecimiento económico inclusivo, lo que implica humanizar la globalización recurriendo, entre otras estrategias a la promoción de reformas al sistema de democracia tradicional para facilitar su ajuste a los cambios que están generando nuevas realidades de alcance global que afectan la gobernanza democrática, tales como la defensa de los derechos humanos, el calentamiento global, asuntos energéticos, terrorismo y narcotrafico internacional, y la influencia de las empresas y negocios transnacionales.
_ ¿Cómo reaccionar ante un nuevo orden, más impositivo y amenazante para las libertades, como eso que llaman el Nuevo Orden Mundial?
Se requiere globalizar la democracia porque la misma está ahora bajo la égida de estructuras de poder y organizaciones supranacionales que en la postmodernidad están operando en un mundo más integrado. Por eso se hace necesario impulsar el capital social y realizar mejoras sustanciales de los sistemas educativos para formar ciudadanos con valores patriotas, principios éticos, con profunda conciencia democrática y defensores de la justicia y la libertad.
Efectivamente, a las tendencias globales negativas hay que sumar, como otros condicionantes que ponen en riesgo el avance de las sociedades en condiciones de justicia social, libertad y democracia, las reales amenazas del llamado globalismo y del progresismo, proyectos mundiales soportados por poderosos financistas y magnates de medios masivos de comunicación, con oscuros objetivos y la pretensión de imponer un llamado Nuevo Orden Mundial (NOM). Son movimientos que han surgido en la nueva configuración de juegos de poder y relaciones y que se han conformado con pretensiones de sustituir las extintas condiciones e interrelaciones que operaban en la bipolaridad global durante la llamada época de la Guerra Fría, cuyo fin alegóricamente estuvo representado por el colapso del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética.
_ ¿Cuál es el objetivo real y cuáles los dogmas más peligrosos del globalismo?
El globalismo se identifica como un proyecto cuyo objetivo fundamental persigue suprimir la independencia y soberanía de las naciones y los valores culturales que las sustentan, para así aprovecharse de las riquezas fáciles de tomar cuando dichas naciones pasen a convertirse en simples protectorados. Como dogmas del globalismo se auspicia la ideología de género que promociona el homosexualismo y señala que la familia y las relaciones hombre-mujer son tóxicas, todo ello mediante programas de adoctrinamiento que se han estado incorporando en los sistemas educativos de algunos países. Se promueve además la destrucción de la identidad cultural, del patriotismo y la apertura ilimitada de las fronteras.
_ ¿Como el progresismo, son un producto del extremismo o el llamado “Gran Reseteo” como proyecto de poder excluyente?
El progresismo es otra realidad liberticida que, con pretensiones de hacer del progreso su patrimonio propio, se impulsa como dogma no sólo entre los tradicionales movimientos de izquierda, sino igualmente entre las históricas corrientes de derecha, con propuestas para romper con el pasado, con la historia, con la tradición y valores occidentales con la excusa de construir un supuesto orden moral y político nuevo. Esta corriente igualmente auspicia la ideología de género y acabar con el sexismo en el lenguaje, reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo y coincide con el globalismo en su empeño agresivo y voraz como proyecto político con objetivos de impulsar el colectivismo, la tecnocracia y el nihilismo mundial. Las propuestas de estos grupos son en gran medida coincidentes con la tesis de El Gran Reseteo que formula el Foro Económico Mundial de DAVOS en sus más recientes reuniones anuales, en las que el fundador de este foro es Klaus Schwab, y varios de cuyos connotados participantes son miembros del misterioso club Bilderberg, que desde los años cincuenta del siglo pasado ha venido planteando las propuestas de una elitesca gobernanza mundial.
_ ¿Y dónde quedan allí las ideologías, la izquierda, la derecha?
Los objetivos del globalismo y del progresismo, por su coincidencia de intereses, rompen con los tradicionales esquemas políticos de izquierda y derecha que fueron válidos desde su origen en la Francia de 1789 a comienzos de la Revolución francesa hasta la época de la Guerra Fría que concluyó hace ya cuatro décadas. En el cambiante mundo actual las confrontaciones ideológicas y de principios éticos se plantean entre globalistas y patriotas y entre corrientes autoritarias y liberticidas y los defensores de la libertad, la democracia y los valores y principios éticos que identifican la sociedad occidental. Lo anterior implica que frente a las amenazas liberticidas y las intenciones antidemocráticas y totalitarias que representan el globalismo y el progresismo, la defensa de la libertad y la democracia debe impulsarse como un compromiso de todos y no como monopolio de partidos políticos.
_ ¿Por qué ahora se agrega el calificativo de Ecológica a lo que antes era sólo Economía Social de Mercado?
Porque a las anteriores circunstancias adversas que amenazan el progreso hay que señalar los graves problemas medioambientales que se están convirtiendo en un peligro real para la existencia humana en el planeta. Se trata de una crisis que involucra no solo la irresponsable contaminación ambiental con basuras o residuos no biodegradables, sino igualmente se está generando por el avance, hasta el presente indetenible del calentamiento global que puede conducir a la especie humana al final de los tiempos. Ya para 1990 la ONU hizo público un primer estudio sobre el impacto del cambio climático en el que un panel de reconocidos científicos señalaba el peligroso aumento de 0.5 grados centígrados de la temperatura promedio ambiental, aumento que para 2019 había alcanzado 1 grado centígrado y durante los cuatro años anteriores se habían registrado los más calurosos tiempos desde que se llevan estos registros. Por lo que el referido panel de científicos señaló en 2018 la necesidad de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados, lo que solo sería posible con una reducción drástica de las emisiones de carbono hasta llevarlas a 0 para 2050.
_ ¿Cuáles son los peligros reales, porque muchos banalizan esta realidad asegurando que se trata de berrinches de ambientalistas?
Es bien sabido que estas emisiones contaminantes se generan básicamente por la combustión del petróleo y el carbón que alimentan la más importante fuente de energía actual, por lo que se plantea la imperiosa necesidad de cambiar radicalmente el modelo económico que está poniendo en grave peligro los sistemas naturales de la tierra y que, de no tomarse oportunamente las medidas adecuadas, el proceso de deterioro conduciría inexorablemente hacia un Armagedon ecológico para 2050 o al alcanzar 6 grados centígrados el incremento de la temperatura global. Por ello se insiste en un modelo de desarrollo que coloque la ecología por encima de la economía y se advierte que si la sociedad humana no cambia, la naturaleza se encargará de cambiar la sociedad.
_ Lo cierto es que, a pesar de las advertencias de los expertos y las diversas conferencias mundiales y acuerdos con intentos de protección del medioambiente, aún no se han tomado las medidas adecuadas …
El proceso del calentamiento global y de deterioro del medio ambiente no parece estar aún bajo control como lo demuestran informes de la ONU que indican que el calentamiento global y la contaminación del medio ambiente han provocado hasta el presente la extinción de muchas especies a un ritmo 100 veces superior a los registros históricos; igualmente se está generando un notable derretimiento de los cascos polares provocando grandes inundaciones, además de otros frecuentes fenómenos climáticos producto de temperaturas que en varias regiones del planeta han llegado a superar los 40 grados causando devastadores incendios, mientras que las prolongadas sequías en unas zonas contrastan con torrenciales lluvias y grandes inundaciones en otras. Todo ello con dramáticas consecuencias para la productividad agrícola y la amenaza de una hambruna global para las próximas décadas, además de la que ya están padeciendo importantes conglomerados humanos en los países rezagados.
_ ¿Cuál sería el enfoque más adecuado para conseguir un desarrollo viable y sostenido?
Insisto en que las negativas consecuencias políticas, económicas y sociales derivadas de fallidos programas económicos, unos con marcados sesgos estatistas o otros etiquetados como neoliberales por su orientación economicista, demuestran la inviabilidad de esas ideas para impulsar el progreso sostenible y con equidad social, como respuesta a las nuevas realidades descritas, lo que exige de un enfoque integral y holístico para resolver los problemas del desarrollo, preservando la libertad individual y la dignidad de la persona humana como valores irrenunciables.
_ ¿Es allí donde encaja la Economía Social de Mercado?
Precisamente, esas condiciones y objetivos antes mencionados son los que definen el modelo o sistema de Economía Social y Ecológico de Mercado (ESEM) en el cual el desarrollo no se entiende como un problema económico que puede concebirse en términos exclusivamente modelisticos o economicistas, sino que comprende los fundamentos del progreso en toda su integridad social y humana. Por ello en este modelo se formulan propuestas sistémicas que reconocen la interrelación entre los sistemas políticos y económicos y la necesidad del consenso social, combinando en el mercado los principios humanistas de libertad, equidad social y respeto a la dignidad de la persona humana, preservando además el interés ecológico o medioambiental.
_ ¿Cuáles son los antecedentes de este modelo y cómo debe entenderse?
El paradigma de Economía Social y Ecológica de Mercado como sistema económico y social generó el llamado milagro económico alemán de la segunda posguerra y mantiene a Alemania como la más poderosa economía de la Unión Europea en donde igualmente se aplica ese sistema. Se trata de un sistema económico de desarrollo que tiene como sentido fundamental conciliar, en forma aceptable, la eficiencia económica con la solidaridad y la justicia social. Por tanto este paradigma debe entenderse no como una política económica, ni como un modelo puramente económico, sino como un sistema económico y político integral en el que el ser humano se ubica como el eje y fin del desarrollo y de la actividad económica y se concibe el orden económico no de manera aislada, sino operando en forma y contenido en estrecha interdependencia con el sistema social y ecológico que lo rodea, por lo que la exitosa experiencia de la ESEM permite considerar este paradigma como el de mayor potencial para responder a las oportunidades que representan las nuevas realidades globales y confrontar las amenazas liberticidas y autoritarias que ponen en riesgo la democracia y valores de la cultura occidental.
_ Uno de los mayores desafíos, sino el mayor, es acabar con la pobreza y las desigualdades que se extienden por el mundo…
Por ello, frente a los retos que se plantean con la globalización y la sociedad del conocimiento que, como hemos señalado se está configurando al ritmo exponencial de la revolución científica y tecnológica más profunda de la historia humana, los teóricos de la ESEM han planteado la preocupación por los efectos sociales y el daño ecológico de estos dinámicos procesos de cambio en una globalización y mundialización económica que asoma notables sesgos excluyentes e iniquidades que tienden a profundizar la brecha entre ricos y pobres y entre países desarrollados y naciones menos favorecidas, y también que desliga el proceso económico de principios y valores éticos y minimiza las preocupaciones por el deterioro del medio ambiente.
_ La Economía Social de Mercado y su vertiente ecológica se vinculan a la ética cristiana occidental. ¿Cuál es la raíz de este pensamiento?
El tema ecológico o la visión ecologista se incorporó a principio de la década de los 80 como otro de los objetivos de interés prioritario en el paradigma de la Economía Social de Mercado. Y fue Hans Kung, reconocido teólogo cristiano quien planteó la necesidad de actualizar el paradigma incorporando la consideración de los asuntos medioambientales y la necesidad de un modelo económico para la globalización sustentado en una ética global, a fin de asegurar el sentido humano del desarrollo y evitar los fracasos, en términos económicos, sociales y ecológicos de la economía de libre mercado. No hay dudas que la profunda crisis de valores y las peligrosas tendencias del deterioro medioambiental que amenazan a la sociedad contemporánea justifican el acento humanista y ecologista que debe dársele a los esfuerzos para lograr el desarrollo sustentable de los países y en armonía con la protección medioambiental. Y es por ello que la Economía Social y Ecológica de Mercado se valora como sistema humanista y el más adecuado para aprovechar las posibilidades y confrontar los riesgos que implican las nuevas realidades globales.
_ Pero ello requerirá de importantes reformas y hasta de un cambio en la percepción de las cosas, especialmente de la valoración prioritaria de las relaciones entre los seres humanos. Una nueva ética, pues…
Es obvio que para asegurar la gobernabilidad en la incorporación del paradigma de la Economía Social y Ecológica de Mercado, se requiere transformar la institucionalidad democrática para acoplar su funcionamiento y hacerla realmente participativa, fomentando los principios de la solidaridad, la asociatividad, la confianza interpersonal y la cultura cívica que son valores constitutivos del capital social. Se impone igualmente reconocer las exigencias de este nuevo sistema económico y político que tiene como fin fundamental a la persona humana, entendiendo que ni la economía ni la política pueden estar por encima de la dignidad humana.
_ ¿Qué papel juega la educación en todo esto?
Justamente, para facilitar el desempeño del paradigma de la ESEM debe impulsarse, como condición fundamental, una educación que en todos los niveles del sistema incluya la formación en valores y el desarrollo de la cultura cívica para formar ciudadanos conscientes del compromiso cívico y la responsabilidad social que implica su desempeño como protagonistas de las transformaciones implícitas en ese paradigma. Además en este empeño deben incorporarse no solo los actores políticos como genuinos líderes con profundos principios y valores y conscientes de esa nueva forma de hacer gobierno y de hacer política, sino igualmente la dirigencia de los sectores productivos y laborales, así como las demás instituciones relevantes de la sociedad civil, incluyendo la iglesia y los medios de comunicación social que, como desempeño ético, deben asumir un papel relevante en la promoción y defensa de esos cambios.–