ENTREVISTA DE MACKY ARENAS

El pecado original es de Chávez cuando, parado en una esquina, gritaba: “¡Exprópiese!”. Allí sembró la ruina de Venezuela.

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Cuando cambian la Ley de Hidrocarburos, cambian las reglas del juego y las inversiones se van.

Si en este momento produjéramos 5 o 6 millones de barriles diarios, estaríamos atravesando por el mayor boom económico en la historia de Venezuela. Y vivimos la peor crisis.

La verdadera solución no está en manos de este gobierno. Necesitamos uno que entienda que hay que honrar las deudas y que hay que negociar.

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Voces reconocidas en el mundo económico y financiero alertan acerca de que, mientras no resuelva la crisis política-institucional interna, Venezuela pierde una oportunidad de oro en el mercado energético. Y es lo que está pasando. De hecho, se espera una decisión sobre Citgo que no será buena ni para la empresa ni para la república, pues la realidad es que estamos a punto de perderla.

_ Citgo fue uno de los activos más importantes de Venezuela – al menos durante los años 80- y forma parte de la estructura de refinación petrolera en el exterior que, para el 2000, ya casi había desaparecido. ¿Qué fue lo que pasó?

_ Hay que comenzar por decir que Pdvsa tenía participación como propietaria total o parcial de 22 refinerías en el mundo, 8 de ellas en Europa -que ya no están- otras 8 en Estados Unidos, 2 en el Caribe -que tampoco están hoy- y las 6 de Venezuela. Citgo llegó a ser una empresa gigantesca que llegó a tener 8 refinerías, 36 terminales, participación en oleoductos que atravesaban de sur a norte los Estados Unidos y 15.750 estaciones de servicio abanderadas con la marca Citgo. Los 36 terminales a lo mejor valen más que la propia refinería. Habíamos logrado algo increíble: una integración vertical perfecta. Éramos capaces de llevar el petróleo del subsuelo venezolano hasta el tanque de gasolina del 10% de los consumidores norteamericanos, que era la cuota de mercado de Citgo en EEUU, pasando todo el tiempo por instalaciones venezolanas, yacimientos, pozos, refinerías y oleoductos venezolanos, terminales y puertos nuestros aquí o allá, además de tanqueros y super tanqueros venezolanos en ese impresionante proceso de integración vertical.

JOSÉ TORO HARDY
JOSÉ TORO HARDY

_ Citgo se compra en 1986. ¿Por qué Venezuela decide adquirir Citgo?

_ Cuando se nacionaliza la industria petrolera -1976- se encuentra con que es dueña del petróleo, de las reservas y refinerías, que para el momento eran instalaciones ya obsoletas pero sin acceso a los mercados. Nada más podíamos vender el petróleo a través de las propias empresas a quienes habíamos nacionalizado. El petróleo que vendíamos era de mala calidad pues nuestras refinerías sólo producían residual, la peor parte de un barril. Teníamos que llegar a los mercados. Y lo hicimos comprando refinerías en el exterior porque en ese momento había una gran escasez de petróleo después de la crisis de Irán en el Golfo. No llegaba suficiente petróleo para procesar. Los precios eran bajísimos en el mercado. Compramos a precio de gallina flaca. Compramos el 50% de Citgo en aquel momento. El otro tema es que esas refinerías no eran adecuadas para procesar el tipo de crudo que nosotros teníamos. Para poder transformarlas a ese tipo de crudo hubo que hacer una gran inversión. Pedimos financiamiento afuera, pero nos exigieron el aval del gobierno de Venezuela, el cual lo negó. En vista de ello, Pdvsa compró el restante 40%, obteniendo el financiamiento en base a “sus propios hígados”. La condición que pusieron los bancos fue que no repatriara dividendos hasta tanto se hubiera cancelado el financiamiento. De esa manera se transformaron esas refinerías como un traje a la medida para las condiciones y características de los crudos venezolanos. Y fue así como logramos la inmensa penetración que alcanzamos en el mercado americano.

_ Chávez y Ramírez comienzan a vender esos activos. El argumento era que las refinerías no aportaban dividendos y más bien generaban pérdidas. El gobierno lo presentó como un plan para salir de activos “no estratégicos y no alineados”, operaciones que -ni necesario es decirlo- estuvieron cubiertas por la opacidad. ¿Qué significó este giro para la industria y para el país?

_ No es verdad que no estuvieran dando dividendos. De hecho, para 1997 ya se había cancelado la totalidad de la deuda, de manera que, en adelante, Citgo pudo enviar importantes dividendos a Venezuela. Fue extremadamente rentable y productiva. Chávez quería vender las refinerías pero, cuando se dio cuenta de que ellas estaban produciendo grandes utilidades, más bien utilizó a Citgo para que se endeudara y además mandara más dinero a Venezuela. Quien lo convence de no vender Citgo es Guaicaipuro Lameda, mientras era presidente de Pdvsa. En lo sucesivo, perdieron algunos activos por otras deudas que contrajeron.

_ No la vendieron pero sí pusieron en marcha la política de expropiaciones…

Allí comienza el problema, cuando Chávez se para en una esquina de la Plaza Bolívar y empieza a gritar: “Exprópiese!” Y expropiaron muchísimas empresas de servicios vinculadas al petróleo. Luego, Chávez decide modificar, por vía Habilitante, la Ley de Hidrocarburos y cambia las condiciones de los contratos. El pecado original es de Chávez.

Ley para la cual hoy se reclama una modificación que la actualice…

_ Vale recordar que las condiciones de aquellos contratos habían sido exhaustivamente revisadas por vía legal. Cuando Pdvsa comienza la apertura petrolera, lo primero que hace es dirigirse a la Corte Suprema de Justicia y solicita saber qué condiciones pueden aplicar para absorber inversión extranjera, en asociación con Pdvsa. La CSJ, en ponencia de Román Duque Corredor, expone los mecanismos para, sin violar la Ley de Reversión, lograr el objetivo. Con eso en la mano, Pdvsa entendió que subsistía el problema político, pues ya la Corte nos había dado la solución jurídica. Acudimos al Congreso y, con el dictamen de la Corte en la mano, pedimos que el parlamento fijara las bases mínimas de negociación. Con la bendición de la CSJ y la aprobación del Congreso, iniciamos el proceso de negociaciones que resultó extraordinariamente exitoso para la república, al comprometer inversiones por cerca de 65 mil millones de dólares que nos habrían permitido llevar la producción petrolera a 5 millones y medio de barriles diarios.

_ ¿Cómo cambió el panorama esa nueva Ley de Hidrocarburos?

_ Cuando Chávez la modifica por vía Habilitante, cambiaron las condiciones. Pone en tres y dos a las empresas que habían firmado los contratos: o aceptaban las nuevas condiciones o se iban del país. En ese momento, los precios del petróleo eran altos y algunas aceptaron; otras no. Fueron al arbitraje internacional y ganaron. De allí viene el problema de Citgo. Perdimos muchos millones. Hoy, en vista de que Venezuela no honró los arbitrajes internacionales, están tratando de cobrarse en los EEUU con los activos de Citgo.

_ Esa es la razón por la cual podemos perderla…

_ Correcto, pero fue más allá. Entre las cosas que expropia Chávez está Cristalex, que no tenía nada que ver con petróleo, pero era una mina de oro. Cristalex gana su arbitraje internacional y allí perdemos $1.200 millones. Pero el gobierno no los paga. Se van, entonces, a un tribunal en EEUU y volvimos a perder, lo que aumenta la deuda a $1.400 millones. Tampoco el gobierno pagó. De allí se fueron a Delaware, lugar donde está constituida Citgo y demandan cobrarse con activos de Citgo. Lo que acaba de pasar ahora es que la Corte de Delaware dijo que podían cobrarse con activos de Citgo, proceder a subastas para cobrarse la deuda.

_ La pregunta obvia es, ¿cómo, estando Venezuela en la situación en que está, necesitando agónicamente aumentar su producción petrolera, tenga una vice presidenta de la república que dice que no aceptarán arbitraje alguno?

_ Las deudas totales de Venezuela -estimadas, pues el gobierno no publica cifras- deben estar en el orden de $160.000 millones. Ya hemos sido demandados por cerca de 60 arbitrajes diferentes de los cuales hemos perdido 29, lo que significa que hemos sido demandados por $76 mil millones. Ya hay arreglos arbitrales y decisiones en 29 procesos internacionales y estamos condenados a pagar $19.000 millones. Si Venezuela no paga, esos acreedores, todos, van a ir a cobrarse con lo único que tenemos afuera que vale algo, y eso es Citgo. Por eso Cristalex reclama alegando la figura del “alter ego”, en otras palabras, una parte de Venezuela pues parten de la premisa de que Citgo lo es y, por tanto, ellos pueden cobrarse con Citgo.

_ Insisto en que para cualquier mente medianamente organizada, esto parecerá una locura. ¿Qué ganan negándose a los arbitrajes?

_ El valor de Citgo puede estar en torno a los $14.000 millones. Ya hemos sido condenados en arbitraje a pagar $19.000 millones. Pero el monto final por el que hemos sido demandados supera los $76.000 millones. No tienen con qué pagar.

_ ¿Cómo se explica la ojeriza que tuvo Chávez y sigue teniendo este gobierno con los planes de nacionalización y apertura petrolera?

_ Parte de su campaña electoral fue ir contra ello, fue la columna vertebral de su plan. Cuando Chávez gana las elecciones, lo primero que hace es dirigirse a la CSJ y pedir que anulara todas las decisiones tomadas con la apertura petrolera. Fue un proceso que tardó dos años, al cabo de los cuales la CSJ contestó que era imposible anularlos pues todos los pasos legales fueron exhaustivamente llevados a cabo, incluidas licitaciones públicas y transparentes. Cuando vio que no podía hacerlo por vía jurídica, Chávez propició el paro petrolero aprovechando para despedir a los trabajadores de Pdvsa. Fue cuando modificó la Ley Orgánica de Hidrocaburos por vía Habilitante y cambió las condiciones de los contratos sabiendo él que, al hacerlo, muchas empresas se irían.

_ Por lo visto, lo que no sabía es que esas inversiones que echaba del país tenían también un sólido anclaje legal internacional…

_ Estaban respaldadas por convenios, y como el gobierno violó los contratos y no las indemnizó, se fueron al arbitraje internacional y ganaron. Por eso es que ahora van sobre Citgo, pero no alcanza para cubrir el monto de las deudas por lo que hemos perdido y mucho menos el monto por el que hemos sido demandados.

_ En estos días, Conoco Philips dejó saber que veía una luz al final del túnel porque en sus reclamos, de ya larga data, estaban en conversaciones…

_ Se irán por el mismo camino de Cristalex.

_ Si bien les importa poco perder Citgo, se supo en estos días que Venezuela envía a EEUU más petróleo sacrificando la cuota que le regalan a Cuba, lo cual tiene a la isla sumida en un caos por falta de combustible. ¿Están renunciando a sus premisas ideológicas?

_ Ante la prioridad, renuncian. Pero hay otro cuadro: la invasión de Rusia a Ucrania está alterando la realidad geopolítica y produciendo un declive en los mercados petroleros. A raíz de esa invasión, le aplican bloqueos y sanciones a Rusia. El petróleo que no le puede vender a Europa o al resto del mundo, se lo vende a China o a la India. A la vez, el Medio Oriente tiende a vender más petróleo a China, como siempre ha hecho Irán. En el hemisferio Occidental queda sólo un país con reservas petroleras suficientes para suplir las necesidades de Europa y de todo Occidente. Ese país es Venezuela. Los demás, en vista de las tensiones entre China y EEUU, se están inclinando por vender a China. Es por ello que EEUU tendría mucho interés en que Venezuela vuelva a convertirse en suplidor seguro.

_ ¿Cómo queda la pérdida de Citgo en ese cuadro?

_ Espero que seamos lo suficientemente hábiles como para, de alguna forma, salvar a Citgo. La manera no es negarse a pagar, sino disponerse a negociar. Ellos necesitan petróleo y nosotros inversiones. El problema es que el actual gobierno -Maduro- difícilmente puede negociar con acreedores porque no tienen confianza en él. Pero el país sí puede, lo cual, obviamente, implica un cambio en la conducción de la nación.

_ Cuando eso ocurra, ¿cuál sería la fórmula?

Cuando recibamos inversiones para poder aumentar la producción, entonces estaremos en condiciones de establecer formas de pago y honrar nuestras deudas. No es aconsejable desconocer deudas. Eso aísla. Lo prudente y conveniente es negociar. A todas esas empresas les interesa volver a Venezuela y sin ellas es improbable aumentar la producción ni recuperar la economía venezolana.

_ Maduro ha dicho que ni le hablen de dragar el lago de Maracaibo porque no hay real. ¿Qué se puede esperar de sus intenciones para negociar?

_ No creo que sean sus intenciones. Pero no se pueden ignorar las demandas que tenemos encima, los arbitrajes perdidos y las condenas que arrastramos. Eso es una realidad, son millones y millones de dólares que no tenemos cómo pagar. Los acreedores se cobrarán, tarde o temprano, afectando los intereses de Venezuela. No será con Citgo, que ya hemos dicho que no alcanza para pagarles lo que el gobierno se ha negado a cancelar. Un gobierno que entienda la coyuntura nacional e internacional y le importe el país, se resolvería a negociar. Un país que no negocia verá cómo se le cierran todas las fuentes de financiamiento internacionales. Si en este momento produjéramos 5 o 6 millones de barriles diarios, estaríamos atravesando por el mayor boom económico en la historia de Venezuela…y estamos en la peor crisis de la vida del país.

_Por lo pronto, el gobierno de los EEUU ha anunciado que el 2024 cesa la protección sobre Citgo, lo que implica que, para ese momento, ya no se negocia, se procede. ¿Cuánta responsabilidad tienen las sanciones, a estas alturas? …

_ Las sanciones nos han salvado. A estas alturas, lo más incomprensible es la tesis que el gobierno ha intentado vender de que las sanciones son culpables. Cuando, curiosamente, son las sanciones las que nos han salvado de que nos expropien a Citgo. La realidad es que las sanciones han impedido que se traspasen los activos de Citgo. El Departamento del Tesoro no permite el traspaso de las acciones y por ello no nos han podido embargar. Ya ha habido decisiones en nuestra contra pero no se pueden ejecutar. Lo que cambió en este momento -y un cambio muy importante- es que, por primera vez, el Departamento de Justicia, en una decisión reciente, dice que no se opondrá a que se subasten acciones de Pdvsa Holding o de Citgo para pagar a los acreedores. Eso es lo que cambia el nombre del juego. Esas subastas serían en el 2024 y aún, llegado ese punto, hechas las subastas, tendrían que ir al Departamento del Tesoro a pedir autorización para el traspaso de las acciones.

Lo que acaba de hacer Citgo era apelar y había que hacerlo. Fue sobre la base de que no se ha demostrado que Citgo sea un alter ego del Estado venezolano. Eso demora la decisión. El gobierno de los Estados Unidos no reconoce al de Maduro. Por lo pronto, negociaría Citgo que es una compañía y puede hacerlo. Pero las acreencias superan con mucho su valor. Lo que se ha venido haciendo había que hacerlo, apelar.

_ ¿Dónde está la solución?

La verdadera solución no está en manos de este gobierno, sino de uno que entienda que la mentalidad internacional es que las deudas hay que pagarlas. Si no, nadie invierte. Necesitamos refinanciar nuestras deudas. El 2024 hay elecciones y apostaríamos por un cambio que permita ir más allá y retomar el camino desandado. Sería una señal muy positiva para nuestra verdadera recuperación y el regreso de la confianza internacional en Venezuela. Si hay una esperanza en que se instale un gobierno distinto, otro panorama se abriría para Venezuela. Por el bien de la industria petrolera y por el bien de la república.-