Julio César Moreno León

 

La exitosa realización de la elección primaria, y la amplia victoria obtenida por María Corina Machado en esa impecable jornada ciudadana, debe generar la más honesta, amplia y objetiva reflexión que permita trazar el camino unitario hacia la definitiva liberación de Venezuela.

Cuando se dice que esa votación del pasado domingo 22 de octubre fue histórica no se acude a un manido lugar común, sino que se califica acertadamente a un acontecimiento sin precedentes que puede cambiar el rumbo recorrido durante 25 años de lucha por la recuperación de nuestra democracia.

Es necesario señalar que esa elección tiene como antecedente a la masiva protesta social del pasado año, impulsada inicialmente por el magisterio, asumida luego por todos los gremios de trabajadores, y por la ciudadanía que los acompañó en las calles denunciando las miserables condiciones de vida de un país sumido en la emergencia humanitaria compleja y severa que afecta a la inmensa mayoría de los venezolanos.

Las condiciones de pobreza y desencanto espiritual a las que se ha sometido la sociedad venezolana, y la incapacidad del régimen para asumir soluciones reales ajenas a su vocación totalitaria y hegemónica, han provocado el rechazo generalizado hacia la cúpula oficialista y hacia aquellos sectores partidistas o empresariales sospechosos de colaboracionismo o complicidad con los detentadores del poder.

Las contradicciones existentes en las facciones internas del régimen se han puesto en evidencia ante la opinión pública, gracias a las denuncias formuladas por el propio gobierno contra los altos jerarcas que de manera dolosa manejaron la industria petrolera durante más de dos décadas de socialismo del siglo veintiuno.

Por supuesto esas denuncias desvelan el verdadero destino de un fabuloso ingreso petrolero que resultaba suficiente para atender las necesidades vitales de quienes, protestando en las calles, han dejado sin pueblo al cada vez más atolondrado liderazgo enquistado en Miraflores. Y así ha ocurrido con los manejos de toda la administración pública y de los inmensos recursos que en manos del Estado socialista han sido dilapidados impunemente.

Pero en medio de esta dramática realidad que amenazaba con adormecer la conciencia de la ciudadanía y de hundirla en el escepticismo, María Corina Machado logra empatizar con las grandes mayorías en un grado tal que penetra a todas las clases sociales, a las bases de los partidos políticos, y por sobre todas las cosas al mayoritario mundo independiente que había permanecido al margen de las políticas de los cuatro partidos que manejaban la franquicia opositora.

Una trayectoria política caracterizada por la perseverancia y el coraje frente al autoritarismo del régimen le permitió permanecer de pie, mientras la inconsistencia de los otros líderes y movimientos partidistas parecía conducirnos a una nueva y definitiva frustración. Pero para sorpresa de todos, la elección primaria promovida por esos partidos le permitió a María Corina encumbrarse en el liderazgo y la candidatura de la resistencia venezolana.

Ahora, luego de convertir esa competencia electoral en una aclamación prácticamente unánime entregada por más del 91 por ciento de los 2.307.635 votos escrutados, la candidata debe afrontar las tareas más difíciles y complejas que son, entre otras, lograr la unidad real del país en torno a sus propuestas, construir en el tiempo que queda para el acto electoral de 2024 una poderosa maquinaria que enfrente al adversario oficialista, integrar en esa maquinaria a los representantes de todos los partidos y precandidatos que concurrieron a la primaria, llegar hasta el final derrotando las condiciones desventajosas que trata de imponer el régimen, y desmontar la ilegal inhabilitación que pesa sobre ella.

Sin embargo, a pocos días de concluida la exitosa consulta ciudadana comienzan las reacciones del régimen, consciente del golpe recibido y dispuesto a arremeter contra las entusiastas fuerzas de la civilidad y de su valiente liderazgo.

La fiscalía acusa al doctor Jesús María Casal presidente de la Comisión Nacional de Primaria y a la vicepresidenta doctora Mildred Camero de usurpación de identidad, de asumir funciones electorales y de asociación para delinquir.

Al parecer, con estas medidas el régimen pudiera iniciar una nueva etapa de represión que intente liquidar el camino electoral y romper los frágiles acuerdos celebrados recientemente en Barbados con la anuencia de los Estados Unidos. Así las cosas, la delicada situación internacional puede reflejarse en Venezuela con consecuencias impredecibles.