Eleazar López Contreras, nació en Queniquea, Táchira, el 5 de mayo 1883, fue un militar y político venezolano, Presidente de Venezuela entre 1935 y 1941 Colaboró con los judíos errantes del Caribia y del Königstein, cuya descendencia constituye una gran parte de la actual comunidad judía de Venezuela. La Conferencia de Evián de 1938, convocada por el presidente Roosevelt para facilitar la emigración de refugiados de Alemania y de Austria, a la cual asistió Venezuela, no logró que la mayoría de los países del mundo abriera sus puertas a los judíos. Muchas son las razones por las cuales el Gobierno del General Eleazar López Contreras se distinguió, especialmente al aceptar la inmigración judía originada en la persecución que se desató en Alemania desde 1933, y que produjo olas de migraciones y de huidas entre 1939 y 1945. Es preciso tener en cuenta que en el contexto en el que se produjeron las migraciones de judíos aún imperaban leyes restrictivas para poder darles refugio. El caso de los judíos se encontraba entre la lista de inmigrantes no deseables. Son éstas las condiciones en las que hacen su aparición frente a las costas venezolanas dos barcos de bandera alemana, el Caribia y el Koenigstein, que venían de Hamburgo. El Caribia hace intentos, sin éxito, en Trinidad y luego en La Guaira y Puerto Cabello, hasta que, habiendo enfilado hacia Curazao, recibe finalmente la autorización presidencial de desembarcar en Puerto Cabello, como resultado de los buenos contactos de la dirigencia askenazí y sefardí, y especialmente de Fortunato Benacerraf, con el Gobierno. Se cuenta que no habiendo luz suficiente en Puerto Cabello para que el barco atracase y los pasajeros pudiesen desembarcar, se encendieron las luces de las casas del pueblo y de los automóviles y camiones que pudieron estacionarse en las cercanías del muelle en un emotivo gesto de solidaridad. Se publicó una lista de los inmigrantes con sus nombres, edad, lengua, estado civil y ocupación, de manera de ayudarlos a conseguir trabajo, y pronto la mayoría fue tomando su propio rumbo, muchos en Caracas, otros en Maracaibo y otros consiguieron la visa americana y se fueron. Entre ellos había abogados, médicos, industriales, pero también agricultores, sastres, tenedores de libros, fabricantes de ropa, relojeros, electricistas, etc. El presidente López Contreras nunca se arrepintió de la decisión de acogerlos y más bien se enorgullecía de la misma, pues a pesar del riesgo que representó, era el tipo de inmigración que quería para su país. Fue reconocido en vida por su gestión de gobierno, considerada como histórica y fue respetado como ejemplo de civismo. López murió en Caracas el 2 de enero de 1973 a la edad de 90 años, siendo senador vitalicio.
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