DESASOSIEGO EN LA ZONA ANDINA
“En un momento tan decisivo, la zona andina luce como la región problema del continente. Conflicto interno en Colombia, ingobernabilidad en Perú, polarización en Venezuela, incertidumbre sobre Ecuador y un impredecible desafío cocalero en Bolivia conforman el tormentoso cuadro. Una realidad que obliga a aumentar la de por sí contenciosa agenda comercial con un tratamiento realista del tema de seguridad”. El Tiempo (Bogotá), Editorial, 27 de junio de 2003.
A mediados de los noventa se iluminaron las señales de alarma que hacían presentir el advenimiento de una crisis generalizada en la zona; sin embargo, los gobiernos de la época desestimaron estas advertencias y continuaron su camino sin tomarlas en cuenta, causando una mayor desilusión dentro de la población, lo cual produjo gobiernos elegidos por pocos electores, con propuestas facilistas y populistas que generaban grandes expectativas, y sus resultados grandes desilusiones.
La región andina ha estado altamente convulsionada durante los últimos veinte años. Los problemas económicos, sociales y políticos acaecidos durante esa época y surgidos a la sombra de los gobiernos democráticos, no han sido interpretados en su debida dimensión por la dirigencia política, generando en la población desánimo, apatía y desconfianza en las organizaciones políticas como entes capaces de responder a sus expectativas y necesidades, forjando una grave crisis de gobernabilidad e inestabilidad política.
Las naciones que integran la Comunidad Andina han recorrido las mismas sendas, los mismos abismos de inestabilidad. Han transitado por problemas comunes tales como la corrupción, la inestabilidad económica, el narcotráfico, el crecimiento desenfrenado de la pobreza, la crisis de sus partidos políticos, el cambio de sus constituciones, el resurgimiento del liderazgo indigenista, el populismo, una pretendida izquierda cobijada bajo el socialismo del siglo XXI -hoy reconocida como una gavilla de saqueadores de arcas públicas y privadas-. Estos problemas han causado divisionismo, intolerancia, duda y ambigüedad, porque se desconoce cuál será la reacción final del pueblo que aún permanece dormido frente a esta coyuntura.
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